RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

29 dic 2012

COMO SANAR PENSAMIENTOS TOXICOS por Sandra Ingerman



Una noche tuve un sueño muy potente. Estaba parada frente a un dispenser de agua con un grupo de compañeros de trabajo. Nuestra conversación parecía cordial, pero me di cuenta de que algunos de los compañeros mandaban “puñetazos” psíquicos invisibles a otros. Le dije a uno de los golpeados “¿Estás bien?”, y luego al otro, “¿Viste lo que acabas de hacer?”. Me impactó la inconsciencia de la gente con respecto a su comportamiento.

El sueño me mostró el poder de nuestras interacciones invisibles. Cuando observamos el comportamiento de la gente puede parecer que no hay hostilidad. Podemos ver una sonrisa en la cara de alguien que nos está escuchando. Pero ¿qué está pasando a nivel invisible?

Tenemos una dimensión invisible que llamamos espíritu – un aspecto que yo llamo “quien somos mas allá de nuestra piel”. No podemos ver esta parte nuestra, pero junto con el cuerpo y la mente conforma nuestro ser. Siempre que interactuamos con otros en el mundo físico, también se produce un intercambio invisible de energía.

Aquí hay frases que a menudo usamos para describir algunos comportamientos:

Me sentí golpeado.
Lo patearon cuando estaba caído.
Me apuñaló por la espalda.
Sentí cuchillos saliendo de sus ojos.
Tenía al grupo de rehén con su conducta.
La habitación estaba llena de energía explosiva.
Hice una sugerencia pero me tiraron a matar.

La energía de la violencia actúa en un nivel psíquico invisible, pero impacta tanto en nuestra salud física como en la emocional. La energía se puede sentir. Simplemente no nos sentimos bien en ningún nivel cuando vivimos y trabajamos en un ambiente lleno de ira o de miedo.

Todas las culturas indígenas comprenden la diferencia entre mandar energía, como por ejemplo el enojo, o simplemente expresarla. Cuando alguien expresa enojo está simplemente reconociendo su sentimiento de ira, pero la ira no tiene fuerza ni movimiento como para causar daño a otros. En nuestra cultura, donde sólo reconocemos lo que pasa en un nivel visible, negamos estos otros niveles de conciencia, así mandamos inconscientemente nuestros pensamientos como “flechas envenenadas”, sin darnos cuenta del daño que hacemos.

Usamos la frase “enviar pensamientos”, pero ¿qué clase de pensamientos estamos enviando? ¿Mandamos pensamientos llenos de amor, compasión, amabilidad y perdón? ¿O están llenos de odio, ira y miedo?

Es importante entender que sentir y expresar emociones es parte de la condición humana. Sabemos por varias investigaciones que cuando no expresamos nuestras emociones podemos enfermarnos. Como seres humanos tenemos derecho a sentir y expresar toda la gama de sentimientos desde la felicidad y el amor al miedo y la ira. Expresar nuestras emociones nos hace sentirnos vivos.

Al mismo tiempo es importante que observemos cuáles son las situaciones e interacciones que nos alteran. Debemos parar la reacción y aprender a expresar nuestros pensamientos y sentimientos mientras transformamos al mismo tiempo la energía en energía positiva que sea sanadora para el planeta.

Desde siempre las enseñanzas espirituales nos enseñaron que nuestro mundo externo es un reflejo de nuestro estado interno de conciencia. Cuando observamos la polución ambiental y el estado del mundo de hoy estamos viendo un reflejo de nuestro mundo interno. Si queremos cambiar el mundo necesitamos concentrarnos en cambiarnos a nosotros mismos. Y esto incluye la necesidad de ser mas consientes de los pensamientos que emitimos.

Aquí hay algunas maneras en las que podemos trabajar para transformar la energía:

Respirar: La respiración es una de las formas más simples de transformar la energía. Cuando estamos en estado de reacción la respiración es superficial. Con una respiración profunda transformamos naturalmente nuestro estado reactivo.

Fijar una Intensión: cuando te sientas alterado simplemente repite para ti la siguiente declaración: “Necesito expresar lo que siento en este momento y pido que la energía de mis sentimientos se transforme en amor y luz, así alimento al mundo con amor”.

Pensar en una imagen hermosa: la energía detrás de nuestras emociones llega a todos los seres vivos. Si te enfrentas con alguien que te evoca emociones fuertes, piensa en algo que ames y cubre con esa imagen la cara de la persona que te está desafiando. Por ejemplo, podrías trabajar con la cara de un gatito, un cachorrito o con la imagen de tu flor favorita. ¿Qué pensamientos querrías mandarles a aquellos que amas?

Usa el Poder de las Palabras: Las tradiciones espirituales enseñan que las palabras son vibraciones y que las palabras que usamos afectan nuestras vidas. De niños muchos de nosotros hemos usado la frase “abracadabra”. Es una frase real en Arameo “Abraq ad habra” significa “Yo creo al hablar”. Usa palabras a lo largo del día que te recuerden la energía del amor.

Gratitud: Piensa en aquello por lo que estás agradecido. La gratitud siempre transforma el estado de conciencia.

Proyecta Fuerza: no sientas pena por los que percibes que sufren –esto sólo los hunde más en el pozo. Cuando ves a la gente en su luz y perfección divina los estas ayudando a tener la fuerza que necesitan para manejar sus problemas.

Conecta con la Naturaleza: El agua puede lavar tu dolor. Al lavarte visualiza la energía negativa fluyendo de ti y transformándose en luz. Parado en el viento imagina que el viento se lleva lo que necesitas soltar y se transforma en luz.

Enciende una vela e imagina que el fuego transmuta tus sentimientos intensos. O puedes enterrar tus problemas en la tierra con la intención de que la energía se transforme en amor.

Rodéate de Luz: Si sientes que alguien está siendo energéticamente hostil hacia ti, imagina una luz protectora a tu alrededor. Algunas personas se imaginan rodeadas de una luz blanca. Yo me imagino dentro de un huevo azul translucido. Encuentra el color que te sirva.