RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

26 nov 2011

Una adolescente china revalida el título de campeona mundial de ajedrez

Federico Marín Bellón - Ajedrez
25 de noviembre de 2011


http://www.abc.es/blogs/poker-ajedrez/public/post/una-adolescente-china-revalida-el-titulo-de-campeona-mundial-de-ajedrez-10608.asp


Hou Yifan, de 17 años, se convirtió el año pasado en la campeona del mundo de ajedrez más joven de la historia. Acaba de revalidar en Tirana (Albania) su corona, frente a la india Humpy Koneru, de 24 años, que aventajaba a la campeona en 22 puntos Elo. Por delante de ambas permanece Judit Polgar, líder de la clasificación casi desde que empezó a jugar, y que solo participa en competiciones masculinas.

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Hou Yifan, una joven casi como cualquier otra

Hay argumentos para defender lo contrario, pero no tengo del todo claro que tenga sentido organizar competiciones femeninas de ajedrez, dada la teórica igualdad en la que compiten contra los hombres. Al principio sería duro, pero quizá en unos años tendríamos más de una Judit Polgar. Más lógoca tiene un mundial juvenil, viejuno o para invidentes. Lo de poner a las chicas aparte me parece igual que celebrar el Mundial de Calvos, que bien pensado tendría que suspenderse, porque seguro que alguno se pensaba que era otra cosa y la liaba.

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Humpy Koneru no pudo emular a su compatriota Viswanathan Anand

Hecha esta digresión, volvamos a Hou Yifan, un ciclón que no conoce rival en el circuito femenino (excluida Judit, por supuesto). La china ganó el Mundial a falta de dos partidas, cuando aventajaba a Koneru por 5,5 a 2,5. La bolsa de premios asecendía a unos "miserables" 200.000 euros, de los cuales la campeona se queda con 120.000. Como nos contaba Olga Alexandrova hace poco, fuera de las diez primeras, no hay apenas posibilidades de vivir del ajedrez para una mujer, circunstancia que quizá justifique por sí sola que sigan existiendo las competiciones femeninas. Y aquí me refuto a mí mismo, en efecto.