RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

7 jul 2011

MIRA HACIA ARRIBA

Si pones un buitre en un cajón que mida 2 metros cuadrados y que esté completamente abierto por la parte superior, esta ave, a pesar de su
habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que necesita un espacio para tomar carrera. Al no tener ese espacio ni siquiera lo intenta y puede quedar prisionero en esa cárcel sin techo.
Algo parecido le pasa al murciélago que para volar necesita no estar en el suelo ( donde solo puede arrastrarse) sino en algún lugar elevado
desde donde puede despegar rápidamente.
Lo mismo le ocurre a la abeja si la dejamos en esa caja destapada, quedará entrampada en ella, sin darse cuenta que puede salir ya que su paradigma de escape es sólo por los laterales y chocará contra ellos hasta lastimarse.


En muchas formas las personas somos como el buitre, el murciélago y la abeja obrera.
Lidiamos con nuestros problemas y frustraciones, sin darnos cuenta que todo lo que tenemos que hacer es mirar hacia arriba. La ruta de escape y la solución a cualquier problema está arriba!

Podríamos decir que la tristeza y el resentimiento miran hacia atrás, la preocupación y el sin sentido hacia los costados, la depresión y el enojo hacia abajo, pero los sueños y la esperanza aparecen solo cuando podemos mirar hacia arriba!
En este momento , y en cada área de tu vida:
¿Vos hacia dónde estás mirando?


La vida puede comprenderse mirando hacia atrás,
pero sólo puede vivirse
mirando hacia
adelante.
Kierkegaard.


Nuestros paradigmas de pensamiento nos hacen entrar en hábitos que nos son totalmente transparentes y automáticos, no nos damos cuenta , no los vemos y por eso nos resulta tan difícil cambiarlos.
El Coach nos da ojos donde tenemos ceguera fundamentalmente para que al poder ver, podamos hacer algo diferente.

Los paradigmas son poderosos
porque crean los lentes
a través de los cuales vemos el mundo.

El problema es que lo hacen muy lentamente
y de esa manera no nos dejan darnos cuenta
que miramos a través de anteojos
que, a veces,ni siquiera nos pusimos nosotros.


Los estados de ánimo nos atrapan y nos tienen y ni siquiera nos damos cuenta de ellos.
Podés estar triste por la muerte de un ser querido por años, sin darte cuenta que la tristeza te poseyó. Y andas por la vida como sin rumbo sin darte cuenta que la misma está esculpida en tu rostro y en tu alma. Y seguís mirando para atrás sin darte cuenta de todo lo que tenes o podes desarrollar para adelante.

Podes estar resentido por alguna injusticia de la vida o de alguien por años , sin perdonar, sin darte cuenta que el único esclavo sos vos. Y mientras tu vida continúa, estas enojado y embroncado contestando mal a la gente sin darte cuenta que puedes elegir tu liberación perdonando y soltando y mirando hacia tus sueños.

Lo importante es mirmirar la vida
con ojos de niños,
para no perder la capacidad de soñar.
L
os que dejan de soñar
envejecen.

Tu eres el origen de tus resultados y si estos no te gustan piensa hacia donde quedó tu mirada atrapada.
¿En que momento dejaste de mirar hacia arriba?
¿Qué fue lo que te hizo cambiar el rumbo de tu mirada?
¿Hasta cuando seguirás buscando en el mismo lugar lo que, hace rato, allí no encuentras?

Sólo de vos depende, y si sientes que no puedes: busca ayuda. No te quedes solo cuando no lo estás. Seguramente muchos a tu alrededor se sentirían felices de poderte ayudar a cambiar tu mirada de la vida.

Regala tu ausencia
a quien no sabe valorar tu presencia
y recuerda que quien mucho se ausenta
pronto deja de hacer falta;
Nadie vale lo suficiente
como para dejarte colgado en recuerdos,
si de verdad valdría
estaría creando presentes con vos;
y por último nada ni nadie es imprescindible,
si quieres una vida feliz
átala a metas y sueños propios,
con gente que te apoya,
no a objetos o personas que no te valoran.


Gracias a Beatriz Nieto por el cuento del principio y a Fernanda Estevao Diaz por las palabras del final
T
e mando un beso con todo mi corazón, y me despido de vos hasta la próxima semana con una sonrisa .
Patricia Hashuel