RUMI

Cada árbol y cada planta del prado
parece estar danzando;
aquéllos con ojos comunes
sólo los verán fijos e inmóviles.

17 sept 2010

LAS INVESTIGACIONES DEL NÓBEL D. KAHNEMAN Y LAS CREENCIAS ERRÓNEAS

Por Carlos J. Álvarez

Las investigaciones del último premio Nóbel en Economía, el psicólogo Daniel Kahneman (junto al ya fallecido Amos Tversky) sobre el razonamiento y la toma de decisiones son fundamentales para entender muchas creencias erróneas que los seres humanos mantenemos sobre el mundo. Los heurísticos son de especial relevancia para comprender y explicar muchos postulados relacionados con el mundo de lo paranormal y las pseudociencias, tal y como lo evidencian los artículos publicados sobre el tema en revistas como el Skeptical Inquirer. Ambos psicólogos demostraron con sus experimentos que los humanos no somos totalmente racionales en la toma de decisiones, además de malos estadísticos intuitivos: por ejemplo, somos realmente imperfectos calculando probabilidades reales. Kahneman y Tversky encontraron que no solemos emitir juicios o tomar decisiones siguiendo procedimientos totalmente racionales o estadísticos sino empleando los denominados heurísticos (vg. Kahneman y Tversky, 1971; Tversky y Kahneman, 1974). Éstos constituyen una especie de “atajos cognitivos”, estrategias no formales para resolver problemas, que permiten la emisión de juicios. Es obvio que existen ventajas adaptativas en su empleo, como es la velocidad a la hora de tomar decisiones (imaginemos lo poco adaptativo que hubiera sido a nuestros antepasados, como a nosotros, el tomar una decisión o ejecutar una conducta calculando siempre probabilidades reales de peligro, por ejemplo, y haciendo un análisis totalmente racional de un fenómeno). Por otro lado, es cierto que muchas veces nos llevan a soluciones adecuadas y correctas. Sin embargo, dichos heurísticos son estrategias inexactas que pueden dar lugar a sesgos (el artículo anterior del Dr. Carlos Santamaría es una excelente ilustración de ello). Aquí me gustaría citar tan solo algunos ejemplos de estas estrategias pero aplicados al campo de las creencias falsas, esotéricas y paranormales, así como a las pseudociencias en general.

El heurístico de representatividad afirma que emitimos juicios de probabilidad basándonos en el parecido de una información concreta con el prototipo o, dicho de otro modo, en lo representativo que sea A respecto a B, en vez de hacerlo de acuerdo con las probabilidades reales. Un ejemplo de este heurístico aplicado a las pseudociencias es la homeopatía: el pensar que “lo parecido cura lo parecido”, un postulado que no se sostienen a la luz de la evidencia científica. Como afirman Gilovich y Savitsky (1996), las medicinas antiguas están repletas de razonamientos “representativos”: el prescribir cuerno de rinoceronte para la impotencia, o pulmón de zorro para el asma. Además, muchos ejemplos los tenemos en las medicinas y terapias “alternativas”: el Rebirthing cree que muchos problemas psicológicos tienen su origen en el hecho de haber nacido de forma “no natural”. Así, por ejemplo, si una persona nació “de pie” (pies por delante), esa es la causa de que le cueste ver las cosas correctamente, y por ello debe revivir su nacimiento.

La astrología es otro excelente ejemplo. Muchas supuestas características de los distintos signos tienen que ver con las propiedades asociadas al nombre del signo: los leo son orgullosos y lideres poderosos; los capricornio, tenaces y trabajadores; los libra, equilibrados, etc. Lo mismo es aplicable a la grafología. La teoría zonal de la grafología divide la escritura de la persona en zonas baja, media y alta. Las cualidades instintivas, prácticas e intelectuales se asocian a cada una de estas zonas (Gilovich y Savitsky, 1996).

En general, este heurístico es la base de muchas supersticiones, como aquellas relacionadas con los juegos de azar (creer que si estamos “en racha” seguiremos acertando).

El heurístico de accesibilidad consiste en que la emisión de juicios se ve afectada por aquella información que se encuentra más accesible en memoria, en vez de por las probabilidades reales de eventos. Este heurístico tiene cierta justificación ya que los sucesos más frecuentes son los que mejor se memorizan y mejor se recuperan. Pero adicionalmente tiene mucho que ver con el carácter selectivo de la memoria y es el causante del denominado sesgo confirmatorio: tendemos a buscar (y encontrar) evidencia que apoye nuestras creencias, teorías o hipótesis más allá de lo justificado por los datos reales y empíricos (Gilovich, 1997). No resulta nada difícil pensar en ejemplos de este heurístico en las pseudociencias. Si creemos en los horóscopos y pensamos que los sagitarios tienen unas características determinadas, el hecho de encontrar un sagitario con dichas características confirmará y reforzará nuestra hipótesis. Lo que ocurre es que no procesamos y retemos con la misma fuerza todas las ocasiones en que encontramos sagitarios sin dichas características o personas de otro signo que las posean. Obviamente, esto es aplicable a cualquier creencia de tipo paranormal.

Este heurístico es de particular importancia a la hora de comprender lo malo que solemos ser a la hora de estimar sucesos que ocurren por puro azar. Nuestro cerebro busca continuamente patrones con significado, incluso donde no los hay. De nuevo, esta propiedad tiene un alto valor adaptativo pero, de nuevo, nos puede llevar a concepciones erróneas sobre la realidad. Debido al heurístico de accesibilidad y al carácter selectivo de la memoria, tendemos a encontrar relaciones significativas donde sólo hay pura casualidad. Un ejemplo lo tenemos en los sueños que se cumplen (no valoramos igual aquellos que no se cumplen), o en los hechos premonitorios como el estar pensando en alguien y recibir una llamada diciéndonos que esa persona se ha muerto (no somos conscientes de todas las veces en las que hemos pensado en esa persona y no ha ocurrido nada). En general, sobrevaloramos aquellos sucesos que ocurren simultáneamente y que tienen una carga emocional, una posible explicación paranormal o que son muy llamativos. Como muchos otros sucesos que ocurren de forma conjunta pero a los que no les prestamos atención, son fruto del azar. Sin embargo, será muy difícil que alguien nos convenza de que ambos eventos no están relacionados.

Como he intentado reflejar en este artículo, las investigaciones y teorías del reciente premio Nóbel en Economía, el psicólogo Daniel Kahneman (junto a su colega Amos Tversky), tienen el atractivo y el poder de aplicarse a cualquier actividad humana que requiera toma de decisiones o emisión de juicios en condiciones de incertidumbre, como es el caso de la Economía y, por supuesto, el de las creencias en lo paranormal.

Referencias:

Gilovich, T. (1997). Some systematic biases of everyday judgment. Skeptical Inquirer, 21 (2), 31-35.

Gilovich, T. y Savitsky, K. (1996). Like Goes with Like: The role of representativeness in erroneus and pseudoscientific beliefs. Skeptical Inquirer, 20 (2), 34-40.

Kahneman, D. y Tversky, A. (1971). Subjective probability: A judgment of representativeness. Cognitive Psychology, 3, 430-454.

Tversky, A. y Kahneman, D. (1974). Judgment under uncertainty: Heuristics and biases. Science, 185, 1124-1131.


Fuente: http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=145&id=1594&tema=13